Encuentro
Revista Boliviana de Cultura
AñoV, Nro. 11, noviembre 1995 
Editorial Fundación BHN

LA COCA

en la historia de Bolivia
Su uso en las épocas prehispánicas y colonial
Magdalena Cajías de la Vega

 


 

 

Rastreando la coca en los señoríos aymaras

Las referencias que se pueden encontrar sobre el cultivo y el uso de la coca en la alimentación, rituales y otras actividades de las culturas andinas preincaicas son escasas, aunque lo suficientemente importantes como para ser tomadas en cuenta.

Los aportes de etnohistoriadores y antropólogos que se han basado en las crónicas españolas, así como los de arqueólogos y del trabajo propiamente histórico, plantean al respecto dos vertientes de análisis. La primera de ellas minimiza la importancia de este producto en las culturas andinas antes de su cultivo organizado por el Estado Inca. La segunda, considera que la hoja de coca fue un producto de gran significación para pueblos como el aymara antes de la domicación cuzqueña, posición que parece contar con mayores argumentos que la anterior.

Por ejemplo, en el norte del Perú, se han encontrado vasijas de la cultura mochica (500 años después de Cristo), en las que aparecen figuras de posibles sacerdotes con la mejilla dilatada por el acullico. Para el caso tiahuanacota , Ponca Sanjinés afirma que en cuarto periodo de esa cultura, el comercio de coca entre llos Yungas y el altiplano ya se había generalizado. Sin embargo, es en relación a los señoríos aymara que se encuentran más informaciones sobre el cultivo y uso de la coca, la mayoría de las cuales provienen de las fuentes españolas tempranas.

El cronista Garcia Diez escribió que antes del imperio incaico, los ayllus aymaras del reino Lupaqa tenían cocales en tierras de Chicaloma o Chicaruma, es decir, en los Yungas del actual departemento de La Paz. Por otra parte, en la visita a Zongo, realizada en 1568, se recuperó la noticia de que los indígenas del lugar poseían cocales desde mucho tiempo atrás, y la realizada a Chuquito en 1576 recogió el dato de que los "reinos" aymaras de Lago Titicaca tenían cocales en Larecaja y los Yungas de La Paz.

Sobre una de las funciones principales de la coca en estos grupos étnicos, es muy importante considerar la hipótesis de que su cultivo, comercialización y consumo estaban insertos en el contexto del control de diferentes pisos ecológicos practicado por los lupaqas, pacajes y otros pueblos aymaras. Además, cumplió una función cultural como elemento vital en las prácticas rituales y religiosas. 

Nota: el presente artículo fue tomado del libro La Historia de Bolivia, la Historia de la Coca, de Fernado y Magdalena Cajías, Centro Italiano di Solidarieta, Roma, 1994.

 

 Función de la coca bajo el imperio Inca

Con relación al periodo inca, tampoco las opiniones de los estudiosos coinciden plenamente, pues algunos de ellos sostienen que su cultivo y consumo fueron reducidos, mientras que otros señalan que no sólo las élites de Imperio tuvieron acceso a ese producto.

La versión que indica que el uso de la coca estuvo restringido a la nobleza, se apoya en las informaciones de varios cronistas, como Juan Matienzo, que sostiene que las calses populares estuvieron excluidas del derecho a consumir coca, reservado sólo a los nobles y a los del Imperio. También se afirma que ésta era masticada por los "yaravecs", personas con memoria privilegiada que relataban la historia de ese grupo con una gran precisión.

Otros cronistas señalaron que los incas obsequiaban coca a las autoridades étnicas que llegaban al Cuzco, como parte de la Reciprocidad entre el Estado y los grupos étnicos dominados. Además, que junto a otros productos, esta hoja era almacenada en depósitos provinciales para ser utilizada en tiempos de guerra, distribuida en tre los indigenas en tiempos de Paz para aliviar las necesidades de la población en caso de escasez de alimentos. Pero también existen informaciones sobre el cultivo de cocales autónomos del monopolio estatal por parte de lagunos grupos étnicos, lo que significaría que su consumo no estuvo totalmente restringido.

Por otro lado. Jhon Murra (1978:249) señala que los incas contaron con zonas dedicadas al cultivo de la coca que estaban bajo su control, así como los mitimaes, llamados "camayos", enviados a los valles a "curarla" y recogerla. Asimismo. parece ser que la coca cumplió la función de valor de cambio en un contexto de ausencia de moneda y reglas andinas de circulación de bienes de consumo.

Por otra parte, la coca tuvo también en el incairo, como en épocas anteriores, una función mágico-religioa fundamental. Al respecto, Matienzo observó este ritual: (...)los adivinos mascaban hojas de cocay escupían el jugo en la palma de la mano con los dedos mas largos extendidos; si el jugo escurría igualmente por los dedos, el augurio era bueno; caso contrario, era malo (Martín 1983:20).

En realidad, el propio mito fundador del incario tuvo relación con la coca. Garcilaso de la Vega, al relatar la leyenda de los hijos del Sol que fundaron el Imperio, señaló que éstos habían ofrendado hojas de coca y enseñado al pueblo que éstas podían ser utilizadas para matar el hambre, eliminar el cansancio y permitir que el desdichado olvide sus desgracias.

 

 

 

La coca durante la Colonia

Desde las primeras penetraciones de los españoles a la zona del Tahuantinsuyo, éstos se anoticiaron de la existencia de cultivos de coca y, desde muy temprano, los cronistas y visitadores comenzaron a averiguar sobre sus características y usos.

Muy pronto se abrió un debate sobre si debía o no permitirseque siga siendo cultivada y consumida por los indígenas. El grupo ligado al clero consideró que debía prohibirse el cultivo y consumo de la "hoja del diablo", por su relación con prácticas mágico-religiosa que la doctrina de "extirpación de idolatrías" quería hacer desaparecer.

Pero esta posición perdió vigencia al constatarse que la coca podía ser utilizada en sustitución del aliment por su alto valor nutritivo y, por lo tanto, ser entregada a la fuerza de trabajo someidaen las minas y e el campo. Por otra parte, los españoles, ávidos de riquezas, percibieron que su cultivo y comercialización podían convertirse en otras fuentes de obtención de riqueza.

Descubierto el Cerro Rico de Potosí, cuya explotación se inició masivamente en la segunda mitad del siglo XVI, la mano de obra que se reclutó forzosamente desde la implatación de la mita por Toledo se convirtió en una importantísima consumidora de coca, junto a la de otros centros mineros como Porco, Oruro, Chichas y Lípez. Apartir de ese momento, el cultivo y el consumo de la coca vivieron un importante y acelerado proceso de expansión. Por ejemplo, el cronista español Polo de Ondegardo sostuvo en 1571 que en ese momento había 50 veces más plantaciones de coca que cuando los incas regían el Perú.

 También se sostiene que el aumento en el cultivo y consumo de la coca tuvo que ver con el hecho de que la invasión europea había producido una grave crisis de alimentos, causando privaciones nutricionales en la población indígena, quien recurrió a la coca para paliar esas deficiencias.

En todo caso, ya a principios del siglo XVII, la coca se consolidó como un producto de gran difusión en el mercado colonial y su cultivo y comercialización involucraron a distintos grupos de la sociedad virreinal. Asimismo, el estado la había incluido como un producto imporante en el pago del tributo.En ese siglo, el Cuzco fue la primera zona productora de coca en el territorio bajo jurisdicción del Virreinato de Lima. En la Audiencia de Charcas, hoy Bolivia, sobresalieron la región de los Yungas de La Paz, los valles de Zongo y de la provincia de Larecaja. De su comercialización se beneficiaron ciudades como el Cuzco, La Paz y La Plata, que en el siglo XVII fueron rentadas con 80 mil, 70 mil y 40 mil pesos respectivamente, por concepto de impuestos sobre la coca (MUSEF 1978:186). El principal centro consumidor continuó siendo Potosí.

 Desde fines del siglo XVI, muchos españoles tenían encomiendas de coca en la región de los Yungas de La Paz y, en el siglo XVII, ya existían numerosas haciendas en la zona. A pesar de ello, muchos ayllus Yungueños continuaron poseyendo sus propios cocales e importantes familias de caciques indígenas, como los Guarachi, contaron, a su vez, con grandes extensiones a su cultivo.

En el siglo XVII, la coca fue utilizada también como valor de cambio y con ella se podía obtener ganado y otros productos altamente valorados. Muchos indígenas se convirtieron en comerciantes de coca, llamados "cocanis", que la trasladaban a lomo de bestis o en sus espaldas por caminos de herraduras desde los Yungas de La Paz hasta Potosí. Además, según una autora, existían diferentes tipos de trabajadores, como arredatarios, esclavos trabajadores temporarios involucrados con su producción, los que provenían principalmentede Pacajes, Larecaja y Omasuyos (Lema 1989:42).

A principios del siglo XVIII, las haciendas cocaleras de los Yungas atravesaban un momento importante de prosperidad y contaban con un mercado asegurado.

 
 

Junto a las zonas que hasta entonces habían sido tradicionales cultivadoras de coca, aparecieron plantaciones en las misiones de Apolobamba, así como en el valle de Cliza (Cochabamba) y, un poco después, en los Yungas del Espíritu Santo, que se encontraban en la entrada del Chapare cochabambino.

 Para fines de siglo, a los consumidores indígenas se añadieron los españoles y criollos que la utilizaban en mates para curar resfríos, dolores de muelas, heridas, fracturas de huesos y otros. Además, en las labores de la Independencia, la coca continuaba significando un suculento ingreso en alcabalas, diezmos, primicias y veintenas para el Estado y, principalmente, para la región de La Paz. En efecto, el impuesto a la coca fue siempre un rubro vital para la aduana de La Paz y su principal recurso económico.

Pero las sublevaciones indígenas de fines del siglo XVIII, primero, y la Guerra de la Independencia, depués, impactaron en la pérdida de miles de hectáreas de coca, sobreviniendo un periodo de crisis del producto. Sim embargo, muy pronto la coca volvió a tomar el lugar principal en los ingresos locales de La Paz, y a lo largo del siglo XIX, ningún otro producto la aventajó, como describe un informe anónimo de las primeras décadas del siglo XIX, en el que sse dice:

La Paz, por sus Yungas ha sido y es el imperio de la moneda. Allí afluyen de todas partes caudales por su coca. Supongo, como es así, que en toda la República circula poca moneda. Con qué otra moneda se realizaría el cambio de la coca? Potosía su vez nada tiene sin La Paz (...) Pero sin la coca (La Paz) nada tiene (...) Adiós mineros, adiós moneda y adiós población si no hubiera coca (Parkerson 1980:115).


 Bibliografía consultada

  • Murra, John,La organización económica del Estado Inca , Siglo XXI, México,1978.
  • Martín, Richard, "El papel de la coca en la historia, religión y medicina de los indios sudamericanos", en Ensayos científicos sobre la coca, Edit. Juventud, La Paz, 1983.
  • MUSEF, Uso tradicional de la coca en Bolivia, Informe final, La Paz, 1978.
  • Lema, Ana María, "Producción y circulación de la coca en el Alto Perú 1780-1840", Historia y Cultura, octubre 1989.
  • Parquerson. Philip,"El monopolio incaico de la coca ¿realidad o ficción?",Historia y Cultura, No.5. La Paz, 1984.