Salar de Uyuni explanada blanca, en 10,000 kilómetros cuadrados, ligeramente convexos, que refleja la redondez de la tierra, de monótona belleza, metáfora de pureza. Bendición de Dios. Fuente de vida de llameros al desplazar la sal a los vallunos, vinculándose en amistad e intercambio de productos, para ambos subsistir. El Gran Salar, es el orgullo nacional, que se lo divisa desde los otros planetas y pertenece a cada boliviano. Es el "stock pile" (reserva) de nuestra esperanza en gran cantidad de litio, potasio, boro y magnesio. Litio, combustible nuclear
no peligroso, para cohetes y satélites y para mover toda
maquinaria de éste siglo; es energía, calor y baterias
de todo tamaño, desde el marca-paso hasta los camiones
del "open pit"; por ejemplo, una del tamaño
de la caja de zapatos, serviría para manejar todo el día
su futuro vehículo y la recargaría enchufando en
la noche. Litio se usa en aleaciones metálicas livianas
y resistentes, etc. Boro, elemento que limpia todo, para: jabón, dentifrico y cremas para la mujer y a veces para el hombre; borax para limpiar metales y maquinaria, gran demanda en todo el mundo. Magnesio útil en la producción de bronce y latón, para utensilios domésticos e instrumentos ópticos. Refractarios para metalúrgia, para medicina, pinturas, pirotécnia, papel y otros usos. Por la abundancia de sal, los bolivianos somos la sal del mundo. Boliviano tened sal en vosotros mismos y tened paz los unos con los otros. Sea vuestra palabra con gracia sazonada con sal. Fragmento del libro "COMIBOL, una historia de amor" de Salomón Rivas Valenzuela, 1999. |