Viernes 17 de Marzo 2006
René Antezana
Juárez,
Para hoy les hago conocer la
obra de un poeta que, estoy seguro, es familiar de un amigo cochabambino.
El vate es René Antezana Juárez, nacido (intuyo)
en Oruro en 1953. Es parte de una generación importante
de poetas bolivianos que por una serie de casualidades
históricas, sociales, económicas, políticas
y culturales, irrumpen en el escenario literario de Bolivia con
propuestas que amplifican la desarrollada por sus antecesores.
Antezana se caracteriza por su diversidad temática y un
uso sin restricciones de diferentes voces que fueron
denominadas como cascadas donde el uso de la imagen
irrumpe con fuerza provocadora, donde se entrecruza una visión
rica y múltiple del mundo y de la condición humana.
Ha publicado: Imaginario (1979),
Memoria de los Cuatro Vientos (1986, Premio Nacional Universidad
Técnica de Oruro), El Labrador Insomne (1988), La Flecha
del Tiempo (1992, Premio Nacional Franz Tamayo) y Viento Verbal
(1998).
Van seis poemas de este creador,
extraídos todos de Viento Verbal (Ediciones Agua
del Inisterio, Fundación Cultural La Plata, Sucre).
Poema
Hay una noche que no pude salvar
Hay este día que me deja
Hay aquella palabra que siempre
huye
Hay tu ausencia como un estigma
Hay otra noche que se salvó,
a pesar mío
Hay un rumor que ya no me habla
Hay alguien que estuvo y ya se
ha ido
Hay un olor que desconozco siempre
Hay una hora que se va conmigo
Y yo los veo irse.
El desencuentro
No hay tiempo para vivir
No hay soledad posible a ser
compartida
No hay el otro sino el vacío
del otro
No hay nosotros en verdad
No hay verdad en nosotros
No hay sino errancia de un desconocimiento
No hay sino algo que encuentras
No hay sino eso que encuentras
pero no es
No hay nada o hay otra cosa
No hay otra cosa sino un espejo
vacío
No hay sino un espejo vacío
en su rostro
No hay yo porque tú no
eres yo.
Lluvia...
Gotas que
al caer
caen sobre
algún recuerdo
que el tiempo
ya no
me devuelve
pedazos
de otra vida
no la mía
no esta
en la que
sin serlo
ya es olvido.
La espera en el andén
He olvidado cosas
Hubieron seres, tal vez
rostros, días
He olvidado que olvido
Veo mi mano
y la sombra de mi mano
veo la sombra del lápiz
y la sombra de la sombra
del lápiz que corre
Debo olvidar para olvidar
debo recordar que olvido
Mas nadie llega
pasajero sin memoria
y sin trenes
Calendario
Ayer fue inevitable
como lo es hoy
Más allá de mí
todo se corroe
Yo, más allá de
mí
Mentir me salva
Matinée
Era sólo una sala
de cine
y allí
supongo
estaba
estábamos
digo
fugaces
como un
argumento
permanentes
como un final
y fugitivos
como aquel
beso. |