Viernes 20 de Junio 2008

Julio Barriga

Hoy les envío por tercera ocasión versos del poeta tarijeño Julio Barriga, aunque nacido en la provincia Nor Cinti (Chuquisaca) en 1956. Tiene cinco libros publicados: El Fuego Está Cortado (1992), Aforismos desaforados (1994), Aforismos Desafora2 (2002), Versos Perversos (2004, una suerte de antología personal) y Cuaderno de Sombra (2008).

“He hecho de todo, he sido, incluso, policía judicial en el Palacio de Justicia de La Paz entre el 80 y el 85, y ahí comprendí que tenía que ser poeta o morir en el intento. He sido también peón albañil durante muchísimos años y he cosechado en Argentina. He sido muy trashumante y he estado muy jodido. Ahora me doy cuenta de que se trataba de adquirir experiencia, ojalá lo hubiera sabido en esos perros años”, dijo el poeta en una entrevista publicada el domingo anterior en el suplemento Fondo Negro.

Acerca de la obra del autor:

“Los poemas de Julio Barriga son como la hogaza caliente de las mañanas. Es decir, nunca son frías ni impersonales. En El fuego está cortado fue legendaria su posición poética sobre Quino y Campero: ambos vates estarán juntos en las buenas y en las malas. Y en Cuaderno de sombra ya es leyenda el amor poético que profesa por Robertito. Eso quiere decir que en los poemas de Barriga siempre he hallado a seres vivos, tan vivos que se me hace difícil creer que Roberto Echazú esté muerto o que tanto Campero como Quino vayan a morir algún día” (Juan Carlos Ramiro Quiroga, poeta y crítico).

“Leer la poesía de Julio Barriga es participar en una experiencia en la que un mundo latente en sus páginas se yergue frente a nuestros ojos casi de modo instantáneo. El poder de su palabra construye un universo muy propio, pero absolutamente auténtico y desde allí, su voz cuestiona y corroe otros mundos que acaso damos por seguros. Julio es, sin duda, uno de los grandes poetas de nuestras letras. Cada aparición de un libro suyo es un motivo de celebración para la poesía boliviana” (Benjamín Chávez, Premio Nacional de Poesía 2006). Fuente: http://www.laprensa.com.bo/fondonegro/15-06-08/15_06_08_edicion2.php

Van seis poemas de este vate, extraídos todos de Cuaderno de Sombra (El Cuervo Editorial, La Paz), cedido cordialmente por el amigo K. Si quieren conocer más acerca de este poemario, sugiero leer: http://www.laprensa.com.bo/fondonegro/15-06-08/15_06_08_edicion3.php

Suicidas incompletos…

Suicidas incompletos.

Suicidas fracasados.

Suicidas interruptus.

Un día hay que cobrar valor

y pegarse el tiro de la misericordia.

Para mí la cultura es sólo juego:

un juego con la vida con la muerte

con los dados cargados de la nada.

Me encanta fracasar…

Me encanta fracasar!

pero que mis enemigos triunfen

eso sí que no lo soporto.

Abismos en los que me precipito

hasta el último verso.

Alambre sobre el vacío

por donde transito.

Siempre me las he arreglado

para llevar una vida de mierda:

una existencia que nada más ofrece

innumeras formas de morir.

Poesía que no labra

mansiones de la pureza.

Luego de vivir cinco meses en La Paz…

Luego de vivir cinco meses en La Paz

la irrealidad eclipsa mi ser.

Una nube como un enorme gato gris

se ha retrepado al Illimani1.

Buscando una persona encuentro otra

hora o edad en que las coyunturas

me han abandonado.

Libros que me salvaron del suicidio

(suicidio que me hubiera salvado

de ciertos libros).

Nostalgias del amor me han devastado

y arrasado aquí esperando

la próxima nota de mi canción inmortal.

El momento en que estás

frente a algo que no sabes qué es.

1: Majestuoso volcán inactivo, guardián celoso de mi amada La Paz.

50 de Marzo, ésas son fechas…

50 de Marzo, ésas son fechas

que por siempre quedarán

grabadas en el olvido.

Volver

las nieves del tiempo

platearán mi nariz.

Me dispongo a llover

los dedos sobre las teclas

con canciones dormidas en los huesos

momentos cuando ya no sabes

a qué le confiarías tu expresión.

Parado en la Pérez1 el tiempo pasa otro.

Has malgastado tu vida de 10 en10 centavos

lanzado a la sombra a acopiar

versos para el futuro.

El lugar donde exudo arañas

y escribo caminando

o en los colectivos.

Y camino hasta que toda angustia se diluye

empiezo a volverme transparente

y paso a través de mí

donde no se guarda esperanzas

a vidas necesitadas de venenos lentos

para realizarse

trepadas en las notas altas de una canción

hasta que se les quiebre el alma.

Traigo la muerte en el presentimiento.

Soy un teatro europeo extraviado

en la pampa y / o en el altiplano.

1: Punto neurálgico de mi amada La Paz, donde se estila fijar encuentros de todo tipo. Originalmente una plaza, es un lugar de convergencia de la avenida central de la ciudad y algunas arterias que van hacia la zona norte, suroeste y a la Plaza Murillo, donde están el palacio de gobierno y el legislativo. Su nombre: plaza Lucio Pérez Velasco.

Penúltimo, aquel con el cual me identifico bastante:

Dios mío, ayúdame a que el asco…

Dios mío, ayúdame a que el asco

no sobrepase mi amor por la vida

ésta es la soledad que buscaba

ésta es la soledad que merezco

especialista en decirlo todo

en menos de 30 segundos

temo ser únicamente

el resultado de un desequilibrio

momento cuando destilo

miel o hiel de mi persona

yo ya no soy

yo ya me fui

ya lo sabía.

En el lujo de unas piernas condenso

la existencia de mundos maravillosos

no temo al colesterol

ni al fin de la historia

sin fin de nuestra bestialización.

Que no haya más que vuelo en la caída

aprenderse la música del viento

acercarse al abismo

poeta en el exilio de tu vida

no quieres descender a tus fuentes secretas

y abrir los cuadernos de tus amarguras

hay muchas multas por pagar

alcoholes que la sociedad inocula en las venas

a gente fatalmente predispuesta

al estropicio de sus turbulencias

espíritus brillando en medio de su oscuridad

cosechando el verso de cada día

aforando el vacío

perdiendo la gillette.

Su destino en coca ni chip escrito.

Y para el cierre, el que más me llenó de los seleccionados:

Hoy en mi sueño te perdí…

Hoy en mi sueño

te perdí.

Despierto a la soledad

y la soledad se para y anda

y llena todo

con su enfática presencia.

Lámpara de mis últimos días!

Y hay dos vertientes

de mi soledad:

La una es conmigo, la otra

es con los otros.

Y sin embargo es la misma.