Viernes 2 de Mayo 2008
René Osdmar
Filipovich Silva
Hoy les hago conocer
versos de René Osdmar Filipovich Silva. Intuyo paceño,
alumno de la Carrera de Literatura de la Universidad Mayor de
San Andrés. Su poemario Underdog (2007) es la obra ganadora
del Concurso de Poesía para jóvenes poetas bolivianos
entre 18 y 25 años convocado en febrero de
2007 por la Cámara Boliviana del Libro, la Fundación
Simón I. Patiño y el Taller de Poesía de
la Fundación Pablo Neruda de Chile. Asimismo, resultó
tercero en el Primer Certamen Departamental de Poesía
organizado por la Prefectura de La Paz este año, con el
poema Fotografía Congelada (Un Cuadro del Illimani)
el cual resalta por el ritmo, la densidad y la emotividad
de su prosa poética. La imagen de la ciudad de La Paz
surge fragmentada y llena de contrastes, es una ciudad monstruo,
una ciudad que te traga: la ciudad con su anatomía
perturbada (
) gargantas de la tierra. De igual manera,
la imagen del majestuoso Illimani se devela abstracta entre una
fusión de lo diáfano y lo fatal: Fuera de
sí mismo, hueso, animal herido, eternidad
(http://www.bolivia.com/Noticias/AutoNoticias/DetalleNoticia37892.asp).
Van siete poemas de
este novel creador, extraídos de Underdog (Plural Editores).
Precipicio en cáusticas
dilataciones
Laberintos aéreos
en la abrupta retina
goteando luz sobre
el globo ocular de la tierra.
Paranoide vaho inerte
de chimeneas invertidas
trastornando sus latidos
insomnes con oscuranas de humo.
El peso distante contra
nada
calado en siluetas
vertiginosas de rodantes páramos.
Buhardillas suspendidas
donde ha reventado la temperatura
atesando el vuelo de
los alaridos.
Qué invierno
tiembla desde campanarios extintos;
su vetusta calambre
en calaminas febriles.
Rozando el eje infecto
del éter
Brisa dormida en la
espina sonámbula de una antena
retorcida.
Hebras afonías
enlazando los metales vacíos de la noche.
Espejismo fluorescente
de carnes abiertas a la lluvia.
Un letargo de manos
insomnes ramificándose en el alcohol,
arpegiando gruesas
cuerdas de smog por recovecos
pestilentes, prolongando
en equinóxidos su hermética luz.
Fósil de alcantarillas
En el interior de la
piedra; alguien mastica tiempo.
Antigua letra del abismo
redescubriendo la tristeza.
Sueña mientras
se quiebra en mutágenoplatinada música.
Posición fetal
eterna entre costillas de pólvora.
Carbonatocorazón
bullendo jubiloso
bajo ataúdes
de agua mustia.
Almacena su negra émesis.
La boca llena de tierra
oscura.
A su pesar con anestesia
cerebral sin ronquido.
Pensará el niño
mineral involutivo;
Toda palabra
ha endurecido
lo que pudo ser aullido.
Todo silencio se ha
consumido
con un latido mío.
PreCuerpo
Cuando desprendido
de la fósil semilla;
ya soñabas dentro
capullos globosos y toscos
apenas; eyaculación
animal de la tierra
latente en una costra.
Alma te había
condenado
para siempre
por la maquinaria divina
de tus gemidos.
Tantas cabelleras de
humo por la boca para nada.
Los golpeados miembros
contra una rota espesura.
Relojes obsesos rechinan
su tambor giratorio en tu cabeza.
Bullente está
la cicatriz crisálida.
Sulfúrico harapo
buscaste y no supiste lo eterno.
Órganos inorgánicos
en náusea vegetal oscura.
Tu respiración;
ilusión del movimiento.
Tu existencia; fotograma
de un cometa que revienta.
Deslenguaje
(Los libros son mundos
a cuerda.
Armatostes de silencio
desvelados por la aguja.
Cada palabra, recurriendo
al olvido, mordida con las
entrañas despiertas.
Lo que la pluma tuerce
a patadas en la sequía.
El trastornado cálamo
desangra su naftalina.
Que jubiloso lenguaje
recicla la verborrea,
inflamando de estrépitos
su hiperpoesía.
Ahora; el pulso estalla;
esta plumalengüeta
desmembrando su pardo alfabeto
ya, bullente la salivamarga
atesta narcóticas páginas
con su lapicera cuchilla.
En la última
palabra se amordazan los conjuros.
Vozarras paranoicas
enredan los ecos
de un paréntesis
sin letras muertas
en la pulpa del vacío).
Poema virus
Filo de sangre iluminando
letra a letra
esta geometría
mínima de la locura.
Narcóticos musgos
petrificando las páginas del hálito
con terror de converger
en la infausta espiral de la melancolía.
Lectura de humo por
las agujas infectas
sublimando de la fiebre
sus células descompuestas.
Fibras del antivocablo
en flujo y reflujo
sobre y bajo un libro
con pestoso liquen papel de buna
[Y así; la rueda
loca se mantiene en su eje enfermo].
Poema espigado de palabras
inorgánicas
con ganchos siniestros
pelando mi ojo relleno
de pus mental y agusanadas
inocencias.
Autoretratografía
Cavilando en las musarañas.
Puestas sus fúnebres
osamentas.
Adentro las orejas
un nido de moscas.
Se figura fantasmagoría
leyendo restos versos
de viejas mariposas.
Eructando pedazos redondos
de la noche
con sempiterno escalofrío.
La desfigura blonda
de zapatones atardecidos.
Encorvado su corazón
con un pedazo vacío de suspiro.
Columpiándose
en la realidad perdido un zapato.
Del polvo los ojos
perros crapulientos.
Agitados cabellos,
sucios juguetes del viento.
Enormes párpados
románticos en fábulas de balbuceo.
Sostenido con gesto
unánime un ramillete de trasgos
y esa parte del tiempo
hecha cuerpo a picotazos.
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