Viernes 7 de Marzo 2008
Juan Cristóbal
Mac Lean
Para hoy les envío versos
del poeta cochabambino Juan Cristóbal Mac Lean, nacido
en 1958. Poeta, pintor y columnista de varios periódicos
de Bolivia. Ha publicado Paran los Clamores (1997) y Por el Ojo
de una Espina (2005), en poesía. Transectos (2000), recopilación
de algunas de sus columnas periodísticas, en prosa.
Van cinco poemas de este creador,
extraídos todos de Paran los Clamores (Plural Editores,
La Paz).
Hay que coser estas nubes*
Hay que coser estas nubes
a la cordillera en deriva
y parchar los visillos deshechos
de la mirada
al hambre pelada de los paisajes
a sus iris transparentes,
a su vieja piedad por nuestro
nombre.
Hay que coser un hálito
a la voz,
una sed a la saliva
y un punto ciego tras los párpados.
Hay que coserle al viento
un canto de botánicas
amotinadas
y al cuello un suspenso
de diarias serpentinas.
Tal vez así las cosas
sepan irse solas
o por lo menos encontrarnos
en su deriva.
*: Sin título en el poemario.
Cual se estila, itero el verso primo.
Por el ojo de una aguja*
Por el ojo de una aguja:
por ahí está pasando
la noche
mientras viajo
mi propio polizonte sorprendido
y las luces de la caravana
apenas iluminan
arbustos, brezales en huída
rocas siempre conmovidas.
La noche ensarta el ojo ciego
cose cardinales horas
párpados extraviados a
la vera
sutura
polvaredas a colinas,
a la ausencia polizontes.
Pasa por el ojo de una aguja.
*: Ídem anterior.
Dónde habrá
cruzado la noche*
Dónde habrá cruzado
la noche
mientras yo lloraba
dónde habrá cruzado
seguramente
hacia el salario de mi espalda
hacia la médula
que le vendo
por vendarme.
*: Ídem anterior.
Tal vez no todo esté roto*
Tal vez no todo
esté roto
sino sólo enormemente
averiado,
agazapado en una herida
ya franqueada,
reacia a toda cicatriz.
Y entonces aún hay quizá
un tiempo
en el que no morir antes
de la muerte
ni ser a trizas anticipado por
la vida,
un lugar en el que abrigar lo
astillado
y dejarse perdonar por el barro,
ser apenas su propio límite,
su caída intacta.
*: Ídem anterior.
Esta noche la noche no ha
salido*
Esta noche la noche no ha salido,
ha quedado a resguardo en sus
cajones
consignada en sus vestuarios,
cuidándose de sí
misma.
¿A quién entonces
ladrarán tanto los
perros?
¿Será que esta
noche, acaso,
presienten el fantasma de la
noche,
su espectro suelto por el aire?
No sabiendo qué hacer
los gatos
inauguran una errabunda melancolía
sobre sus tejados planetarios
y no saben qué hacer las
enfermeras, las
mareas,
mientras la noche
está pastando guarecida
en provincias sin insomnio.
Hora
en que no saben dónde
abrevar las horas.
¿Cuándo volverá
la noche?
¿Cuándo dejará
de estar tan oscuro?
No se sabe.
Pero aparecerá aquí:
derramada
por tus párpados
absuelta entre los bosques
de la mano de tu mano
dormida que la sueñas. |