Viernes 2 de Diciembre 2005
Ramiro Ordóñez
F.
Para hoy elegí a Ramiro Ordóñez
F., quien nació en Potosí. Carezco de mayores datos
biográficos acerca de este autor. Los versos que van a
continuación han sido incluidos en la Antología
de la Poesía Viva en Bolivia, realizada por la Sociedad
de Escritores de Bolivia y publicada por Latinas Editores en
agosto de 2001.
Van cuatro poemas de este vate.
Ternura
De tus manos emigran palomas
de nieve,
en tus ávidos ojos viven
azules esperanzas.
A veces tienes entre tus manos
un crepúsculo que agoniza
lentamente.
Y como astro, confundiéndote
entre la
quietud de la noche,
cruzas mi mente, como navegando
en una playa de espuma.
Tiembla entonces la melodía
de tu voz
que atrapa el silencio de la
noche muda y absorta.
Mientras, dos lirios quieren
picotear
tu boca de virgen amada y peregrina;
destello y esperanza, reina coronada
de rayos.
Te amo y te quiero con mi alma
y tu sonrisa,
te deseo cada vez que un astro
fulgurece
en tu rostro inmaculado de mujer.
Crepúsculo
Tú y yo descolgamos ese
crepúsculo,
nos iluminamos y la tarde fosforeció
entre la fiesta ardiente de nuestros
besos.
La noche nacía con la
enredadera de pinos y árboles,
mientras tanto, yo estuve amando
el perfume de tu boca
y mi corazón cantaba diciendo
que alguna vez ya te amó.
Tu mirada era como el crepúsculo
que encendía de fuego
pedazos de nube,
tus manos se abrían como
queriendo
atrapar una manada de estrellas,
yo, regaba con flores el manto
blanco de tu alma.
Agonizaba lentamente ese crepúsculo,
nuestros cuerpos se iluminaron
como dos torres juntas de un
faro lejano,
tus ojos se cruzaron con los
míos
y a veces se clavó un
silencio entre tú y yo.
La quietud de la noche nos acogía
en su muda tranquilidad
ahí renaciste como diluyéndote
en el aire,
tu corazón se inundó
en mi alma,
te quise desde entonces como
algo de mí.
Intimidad
He trazado con mis besos una
ruta
sobre la piel dorada de tu cuerpo,
mis manos como dos pilares
sujetaban el aroma de tu perfume.
La noche acorraló una
fantasía
entre tu mirada y la mía.
El silencio cruzó ebrio
de calor
mientras tus manos acudían
astros del firmamento.
Amada tierna y apasionada,
aun mis besos tiritan sobre el
perfume de tus senos,
aun tienes a ese crepúsculo
que te iluminaba
la boca de virgen y de sangre.
Paloma coronada de perlas y encantos,
tendrás tú lo mejor
de mí?
Evocación
Yo vi que tu alma se abría
como una rosa.
Descubrí que tus ojos
brillaban
cuando caían en ellos
estrellas de plata.
Te quise a partir de entonces,
como algo mío.
Te amé cuando el viento
enredaba tus cabellos de seda,
soñé contigo y
con esa mariposa
que quiso besar tu mejilla sonrosada.
Te adoré cuando a veces
te hiciste encanto
junto a ese crepúsculo
solitario. |