Viernes 30 de Mayo 2008
Edwin Salas Russo
Para esta entrega les hago conocer
la obra de Edwin Salas Russo, nacido en Casarabe, Beni, en 1954
y fallecido en Estocolmo,Suecia, en 1992. Poeta y traductor.
Exiliado hacia 1971, radicó desde sus 17años en
Europa. Se tituló como Ingeniero Civil en la Universidad
Realde Estudios Técnicos de Estocolmo. Impulsó
varios proyectos a favor de lasetnias bolivianas. Tradujo el
libro Indiosy Blancos del investigador sueco Erland Nordskiöld.
Fue amigo de PedroShimose, quien al conocer la noticia de su
deceso escribió: «La poesía de Edwinera como
él. Lo retrataba de cuerpo entero. Sencilla, esperanzada,
jubilosa,solidaria, preocupada por la preservación del
medio ambiente. Es lo menos quepuedo decir al recordar al amigo
que nos legó su fe en la humanidad y en lomejor que tiene
el hombre: la esperanza». Obra: Conversación con
Personas Extrañas (1983), Dos en Uno (1983), Del Olvido(1986),
Ardicia/Del Tiempo(1990), La Brisa deCada Día (1993).
Van cinco poemas de este vate,
extraídos todos de Conversacióncon Personas Extrañas
(Editora Nacional, Cochabamba).
conversando con una tortuga
Conversandocon una tortuga
medijo
por cien años
mis pasos arrasarán
la faz de la tierra
ungrillo saltarín
depecho verde encendido
el mundo es tan pequeño
que me lo camino
saltando
perola golondrina
cortadorade aire
rasgandocon sus alas
enel viento
trajola conversación
Maidana sigue sentado
las murallas en silencio
hablan por él
y Salvador
el del bigote pajizo
mira
contempla
la aguda silueta de su larguísimo
dolor
unpaso hacia adelante
mitortuga hace un año
retrocedeel tiempo
y la Higuera tiembla
paraquejarse
enun abrazo mortal
elperfil con barba negra
estrellafulgiente
quedótranquilo
paraque esta tierra
seconvulsione
ensu propia agonía
y Walt
roble encaramado en mi tortuga
un paso grande atrás
que ser más extraño
y hermoso
para haber nacido tan temprano
pero qué velocidad de
grillo
cuatro saltos y vuelta al firmamento
a su retorno trajo a Pablo
voz en trino
dulce canto.
la tierra
La tierra
preñada de amargura
hizo rodar al errante
para que éste
caminara
toda su vida
mano en arma
viento cortante
vagamundo de ojo parchado
de las naciones te valiste
para aplastar
a otros humanos
y hoy prepotente
sonrisa austera
y lúgubre
tu arsenal
destruye vientres
los grandes del mundo
miran
se esconden
se empequeñecen
ofrecen dinero
lanzan flores
sobre el campo de batalla
dicen que allí
Jesucristo
gimió con la luz
y que esa misma noche
abrazó con su languidez
la punta de una lanza
más hoy
gime el mesías
para morir crucificado
con una bomba
teledirigida
y la sonrisa del errante
convence a todos
y el mundo.
decías Tú
Decías Tú
que las caras carcomidas
de las piedras
son los lamentos
de la tierra enternecida
cuando con su eje
da una vuelta
al invierno
ladeada de dolores
y qué importa
Beirutdestruida
si las paredes arenosas
serán levantadas
con puntas de proyectiles
y muchas dádivas
muchas
para comparar
una vuelta más de la tierra
y que su eje
no se vuelva
Venecia sumergida
o Pisa inclinada
si los dolores
del universo
comienzan aquí
y en todas partes
con ojos grandes
y cuerpos pequeños
asustados
entre cedros
de tamaño gigantesco
destruidos
talados
con las raíces incipientes
pero quéimporta
Beirutdestruida.
cómo puedo yo
Cómo puedo yo
camino plano
y polvoriento
carreta de ruedas trilladas
y noches fugaces
revolotear
en la esquina del mundo?
embebido
vacilante
cuando de mi piel
gotea una chispa
agria
de lluvia y de sal
y el sol
se esconde
busca
revienta en remolinos
explosiones
son gases
me envían
calor
vida
suspiros
para que yo
Tú
no mueras
y la mariposa
aquella de truenosencendidos
se bambolee
sobre tu angustia
y cante
a tu esperanza.
y cómo poder
Ycómo poder
entrelazar
labrisa suave de una oda
pulsantede vida
yde esperanza
conel sonido
ensordecedory volátil
decientoveinte caballos de fuerza
paramagnificar
lasrevoluciones
socialesy metálicas
nome siento inmenso
almay corazón
caminanespacios distintos
laprimera tiembla
elsegundo sangra
micerebro se vuelve
matemático
mismanos
dedosde versos
yYo
estoyaquí
inerme
dispersoentre montañas
enpantanos
lagosinmensos
mecircundan
yla faz de tu vientre
aullante
depupilas encendidas
vuelcasu inmortalidad
alcosmos
paraposarse
sobrela intranquilidad
deuna revolución social
deuna revolución industrial
yel entendimiento
noha extendido su manto
meencuentro en su mitad. |