Viernes 01 de Agosto 2008

Eufemia Sánchez Borja

Hoy les hago llegar versos de Eufemia Sánchez Borja. Nació en Sucre (Chuquisaca) en noviembre de 1981. Escribe poesía desde su niñez. En 1994 recibió el Diploma al Mérito otorgado por la Editorial “Proinsa” en el Primer Concurso Nacional de Cuentos Infantiles. En 2003, gracias al ensayo histórico La Catedral Metropolitana de La Plata, representó a su ciudad natal en el Primer Forum Mundial de Jóvenes de Ciudades Patrimonio del Mundo, realizado en Grecia. En 2004 fue galardonada por la Universidad Andina, sede Quito, con la Tercera Mención en el Concurso Andino de Ensayo Manuela Saenz. Escribió como colaboradora para el suplemento cultural Puño y Letra del periódico Correo del Sur y fue redactora del periódico La Letra Viva desde su fundación hasta septiembre de 2005. Ha participado en el Taller de Poesía de Fundación Cultural “La Plata”. Su único poemario publicado hasta ahora es Anaquel de Sombra (2005).

Van seis poemas de esta joven autora, extraídos todos de Anaquel de Sombra (Ediciones Agua del Inisterio, Sucre), opúsculo organizado en tres secciones: Años hilvanados, Anaquel de sombra y Palabra suspendida.

Ponte este dedal*

Ponte este dedal

Roído de tiempo

Vamos a zurcir la media

el calcetín agujero

a reparar los años

a inventar un dedo

Cose esta media

rota de tiempo

vamos a remallar la media

usando fina hebra

de tu cabello castaño

–dice, mientras hace otra,

otra lazada

tomando el hilo con el índice

y sellándola con el crochet

suspende la cabeza y

toma el más largo

de mis cabellos – ayer rubios

hoy castaños.

Ensarta,

me enseña.

Levanta su índice y:

una argolla, dos lazadas

cierra el punto.

Complicado telegrama mecánico

para el invierno.

La media está lista

y el cabello se mimetiza

parte perfecta de ella.

Revisa,

agradece.

Ahora, quisiera yo

zurcir mis prendas blancas

¿me regalas, también

un cabello tuyo?

*: Sin título en el original. Cual se estila, itero el verso primo. Esto ocurre con todos los poemas del presente envío. Este poema pertenece a la primera sección, Años hilvanados.

Soledad, muerte*

Soledad, muerte

belleza, dolor

ausencia:

plena existencia

Luna quebrada

arrebatado pabilo

aullido te llama

te busca mano en llamas

tacto frío

sueño frustrado

existencia:

plena ausencia.

Una docena de narcisos

media de gladiolos

El mausoleo

quieto

espera.

*: Incluido en la primera sección, Años hilvanados.

Anaquel de sombras*

Anaquel de sombras

sobras,

tiempo des-usado

Polvo,

traje:

terciopelo

sombra engalanada

Anaquel

danzante

recuerdo.

Cuerpos aullantes

urgidos

Escapadas burbujas

saliva

Pieles,

sombras rasgadas

pelos,

gritos arrancados

huidos

*: Pertenece a la segunda sección, Anaquel de sombra.

Mis dedos*

Mis dedos

huestes armadas

irrumpen tus caries

Mi lengua

comandante de batalla

invade tu campo

tu deseo

Mi mente

guerra despiadada

vence

Mi sí, mi más.

*: Incluido en la segunda sección, Anaquel de sombra.

Raya tu mano*

Raya tu mano

mi espalda

Ralla tu barba

mi ombligo

Retiene tu cuerpo

mi ansia

Llama que libera

Brasa

preñada tu sangre

Incandescente

queda

Sangre sin cría

piedra inflamada

Volcán sofocado

Sombra naciente,

sol apenas encogido

Atardecer primero

el dolor del mar

te guarda en un cajón

tímido

púber

huyente.

*: De la segunda sección, Anaquel de sombra.

Me siento cerca a la ventana*

Me siento cerca a la ventana

mientras mis ojos se quedaron cerrados en tu

almohada

Tu vientre descubierto no deja de latir

Tu corazón de estar,

tus ojeras alcanzan tu mejilla

Cristo eterno

los brazos suspendidos,

sus plegarias:

por ti,

por mí.

Tu aliento denso

se mezcla con el viento que me peina.

Tus pies descalzos trenzados con la sábana,

tu sábana;

la puesta en escena,

la almohada ¿se hizo yo?

Sin piernas, de vestido largo

yace ahora sudada en tu mismo lecho.

Aún tiemblo, el deseo te yergue de nuevo;

tus piernas

hilos

que tejen y destejen

en él mientras

la saliva eterna de un beso.

Mis ojos cerrados sobre tu hombro,

yo frente a otra ventana, otro piso

tu mano trata de corregir mi espalda,

respiras en mi oído y otra vez te tengo.

Te tengo.

*: Pertenece a la segunda sección, Anaquel de sombra.