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Murales de Lorgio Vaca Con el desplegar de sus grandes murales callejeros en la ciudad natal -Santa Cruz, Bolivia-, ha conseguido no sólo cambiar el aspecto urbano dándole una nota de originalidad que no se da en ninguna otra ciudad de Suramérica, sinó que ha iniciado un movimiento artístico que sin duda proseguirá y dará sus frutos y retoños. Si es cierto que todo nuestro pasado se halla incorporado a nuestro presente concientizado y aceptado como tal, la muralística de Lorgio Vaca constituye un ejemplo indiscutible, ya que en ella late, se manifiesta, y florece, plasmada en materias cerámicas, una pintura que destella y deslumbra con su colorido espectacular. Otra marca estampó a fuego la visión de la realidad típica de Lorgio Vaca, manifiesta en toda su obra : fue testigo presencial y sensible de las grandes luchas populares en 1946 hasta la guerra civil en 1949, de la Revolución de 1952 y sus avatares posteriores. Ese contínuo diálogo entre los estímulos poderosos de una realidad imponente y su emotividad conscientizada dejarían en toda su actividad plástica posterior un estigma que le dará el hálito o el sesgo que más nos impresiona, la clave de su gnosis. Y siempre el contacto con su pueblo, el camba por un lado, y al colla por el otro, no en contraposición sino en simbiosis, conformará el fresco mental de la lógica amalgama que espera el futuro. Todos los países de América Latina, la doliente herencia del pasado indígena conculcado y pisoteado, fueron testigos de su paso, al igual que Europa : exposiciones, viajes de estudios, conferencias, actividades, siempre signadas por lo mismo, el afán incoercible de devolver al mundo real una propuesta transferida que sólo puede proporcionar el arte, la reconstrucción superiorizante de un cosmos que inevitablemente se ha de imponer, que no otra es la función del arte dentro de la estructura social. Ya hacia 1955 nace en Lorgio la preocupación por la gran pintura mural, antecedente y mentora de su obra monumental cruceña. En Sucre realiza sus primeras obras pictóricas de gran formato. La influencia de sus viajes a México y Perú, la muralística mexicana del período de los grandes maestros, y, tras ellos la silenciosa pero actuante palabra de la pintura indígena monumental, integración y consonancia entre urbanística, arquitectura, escultura y fresco, demarcan la continuidad del hilo de la tradición americanista más genuina, que habría dado sin duda frutos gloriosos si una Europa colonialista y genocida, sedicente, dueña de la verdad "para todos", no la hubiera quebrado con un solo golpe de espada. "La Gesta del Oriente Boliviano", mural de 240 metros cuadrados en el paseo El Arenal de Santa Cruz, demarca el hito primerizo que dará comienzo a la ininterrumpida serie de obras cerámicas de gran formato monumentales y callejeras. El entorno, la arquitectura, la planificación urbanística, los grandes espacios libres, el complemento de naturaleza vegetal y fauna, todo confluye para hacer de este evento un suceso impactante, imposible de observar en otra ciudad de nuestra Suramérica. La policromía de los tratamientos con esmaltes cerámicos de inspiración tradicionalista regional, confluyen con la temática plasmada en formas trabajadas con relieves escultóricos para dar al cojunto un sentido : regional y popular.
Las técnicas Lorgianas guardan coherencia con las otras pautas de su obra. Al igual que los alfareros indígenas, o los posteriores de la etapa del coloniaje. Lorgio no transige con el consumismo que está arruinando, y de hecho ya ha arruinado, gran parte de la cerámica contemporánea. Él mismo rebusca sus propias arcillas en terrenos de la zona, en ocasiones distantes de su ciudad hasta horas de viaje, por caminos improbos y dificultosos. Una vez ubicado el yacimiento, procede a analizar los diversos tipos de arcilla encontradas. La etapa de probar y probar materiales con diferentes tipos de antiplásticos, es parte del oficio del auténtico alfarero. El horno, por sobre temperaturas de 1050 grados centígrados, por cierto que dirá la última palabra, el veredicto definitivo. Del mismo modo procede con sus esmaltes, para cuya preparación manual utiliza también materiales de la zona, o bien otros procedentes de la región andina. El consumismo impuestos por los centros del poder capitalista residentes en "la Ciudad", muy por el contrario, arruina las capacidades creativas del ceramista, convirtiéndolo en un mero comprador consumista de pastas y esmaltes preparados. Todo el mensaje mural de Lorgio Vaca tiende hacia la monumentalidad, a crear impresiones motivadoras en grandes multitudes. No ha sido hecho para el marco estrecho del salón, ni para el regodeo de galerístas. Tampoco su arte está destinado al consumo del artista como tal. Su destinatario verdadero, el justificante de su obra, es el pueblo, el hombre concreto, cuyas expectativas, necesidades y nivel cultural son muy diferentes. Si quisiéramos definir a Lorgio Vaca muralista podríamos hacerlo con solo cinco palabras. Un artista para el pueblo. Esa, por otra parte, es su misión trazada, el corazón de su Obra. Y, también, la clave de su grandeza. Jorge Fernández Chitti |
La Pintura de Lorgio Vaca
Y es que Lorgio Vaca es un artista que se siente producto de una sociedad conflictiva, de un medio tenso en su evolución, de una situación crítica porque actúa en el vértice de un destino consciente de lo que es el arte en relación al medio, el pintor dice que "de todos modos, tenemos que dirigir nuestra obra, no tanto ya al mercado internacional, no tanto a los jueces europeos, no tanto a los críticos de allende el mar como al gusto de nuestro pueblo. Creo que cuando hacemos esto, estamos imitando a los grandes artistas de la cultura occidental y a los grandes artistas de todas las culturas que han puesto un aporte significativo al edificio de la cultura humana. El arte tiene que ser hecho para el pueblo y preferentemente en el seno del pueblo". De ahí la preferencia de Lorgio Vaca por el arte monumental, que, por otra parte procura exponer al aire libre, en pasajes y lugares públicos, para que sean permanente espectáculo para el pueblo. Nos referimos al mural cerámico. Lorgio Vaca y el Mural Cerámico Lorgio Vaca es un verdadero creador en lo que se refiere a esta clase de mural. Acometiendo su tarea con la resolución y solvencia que guían todos sus actos, el artista ha logrado una versión singular de lo que es la escena, el tema, el hecho histórico, el dato cultural. La cerámica le sirve cabalmente a sus finalidades psicológicas, pues le obliga por su naturaleza, a la vía más franca para expresar su contenido de humanidad.. El artista está cumpliendo sus tareas con más responsabilidad que ningún otro pintor en Bolivia, siendo encomiable que a pesar de su fama internacional y de haber trabajado murales en otros países, haya preferido quedarse en su tierra natal donde lucha a la vez con pasión y con rigor mental. La Pintura Contemporánea de Bolivia, Carlos Salazar Mostajo, Editorial Juventud, La Paz, Bolivia. 1988. |
Pintor de estilo propio Lorgio es un amante del color y un enamorado de la pincelada fuerte, violenta, desesperada, como si quisiera expresar, en cuatro rasgos profundos, toda su vitalidad interior y su protesta.
Por los caminos del mundo Todos los pintores de"Anteo" tuvieron destino y privilegio semejantes : Caminar para saber del polvo y de la tierra y volar sin descanso para entregar su obra allí donde estuvieron. Lorgio Vaca ha expuesto su obra de caballete -rica en temas y sugestiones estéticas- sobre todo en América Latina : sus cuadros al óleo, al acrílico y sus serigrafías desde 1953 a 1976, han tenido como primer escenario a su país : La Paz, Sucre, Cochabamba, Santa Cruz, Oruro, Potosí. Luego, a América Latina, siempre amada y entrañable : Río de Janeiro, Sao Paulo, Lima, Cusco, Trujillo, Arequipa, Quito, Ambato, Bogotá, Caracas, Mérida, Barquisimeto, Maracaibo, Valencia, Guanaré. Más el incansable "trotador" llega también a Santiago de Chile, Viña del Mar, Buenos Aires, Córdova, México, Xalapa, Guanajuato, Veracrúz, Puebla, Guadalajara, Washington y Arkansas. Pero ningún pintor, por la naturaleza misma de su obra, dejará de visitar la vieja y siempre Europa : París, Berlín, Roma y Madrid. Sólo conocienco el Mundo, el hombre se conoce a sí mismo y sabe del valor de su propia obra. El muralista creador
Su mano de labriego estético va cumpliendo, cada vez con mayor franqueza el mandato de su corazón, su conciencia y su misión histórica. Profundizar en el "yo colectivo" en busca de la identidad de la Amazonía boliviana es, sin duda, tarea de explorador y poeta al propio tiempo. "Mi búsqueda de la identidad regional amazónica- ha dicho este pintor muralista-nació de hondas meditaciones y de vivencias netas, para forjar un arte distinto del tradicionalmente cultivado para expresar el espíritu de la montaña y la historia andina"*. Sus lecturas de D`Orbigni, Gabriel René Moreno, Noel Kempff Mercado, Juan B.Coímbra, Raúl Otero Reiche y otros, sembraron en él la sustancia de la tierra húmeda y le entregaron el perfil del campesino y del camba con su sencilla, franca y abierta personalidad. Como artista plástico, Lorgio bebió también en Portinari (en el Brasil), en Gil Coímbra, y sobre todo, desde el colegio, en Armando Jordán, el paisajista cruceño. El método gimnástico Cuando el muralista se dispone a tomar posesión de algún espacio para el hecho plástico, se comporta como un gimnasta o un trapecista : trabaja con todo, su cuerpo y sus manos no son el exclusivo instrumento de ejecución de su arte. Para esa posesión, le basta sólo una mirada relámpago al papel o al muro y sobre él se lanza, triza en mano. Con dos o tres trazos gruesos y profundos, por aquí y por allá, prefigura el tema plástico. Verlo realizar esa tarea, es imaginarse cómo el jaguar, antes de brincar sobre su presa, relaja todos sus músculos y los torna elásticos, aptos para el asalto. En un segundo vistazo, distribuye el color (mejor, los colores) con una fuerza casi primitiva, diría yo, y obtiene la composición pictórica, siempre contranstante, producto de su sueño, al modo surrealista. Más que por Freud, Lorgio parece estar asistido por un Jung en los instantes subconcientes de su creación artística. Y con la carga de su bagaje onírico, deja caer el peso de los volúmenes de barro o la fuerza de los colores hasta que den su grito o expresen su plegaria. Pero sería una exageración pensar que este artista deja todo en manos del instinto o del reclamo onírico. Inteligente y razonador como lo es, sabe bien cúando el dibujo, aunque sea prefigurado, tiene su efecto ponderado en las obras plásticas y su mensaje. Tal vez por esto el muralismo de Lorgio cobra presencia vigorosa, objetiva y subjetiva a la vez. Si en el manejo de los colores hay un juego espontáneo y dinámico, fácil es imaginarse lo que logra con el barro, pesado y dúctil. Los bollos de este material, todos irregulares y de diversos tamaños, los tira con violencia sobre el muro, como quien juega un partido de "Pelota de mano", y ellos van buscando, espontáneamente, su ubicación y su acomodo, hasta que llega la mano empuñada del artista y a golpes de boxeador, van saliendo cuerpos y rostros de jaguares, o cuernos de bueyes viejos, o la achatada cabeza de una serpiente con su lengua toda venenosa. O los cilindros dentados de un trapiche, perezoso siempre, que come y come caña sin cesar. Así nace un universo de murales portadores de eneseñanzas y de un discurso estético renovado en Santa Cruz de la Sierra. Psicoanálisis y pintura Es sabido que todo el movimiento poético y plástico moderno de fines del siglo XIX y mediados del XX, estuvo fundado en el psicoanálisis y la psicología operativa. El automatismo y la respuesta instantánea originada en el fondo obscuro y entrañable del ser, condujo a creaciones estéticas muy singulares en la historia del arte contemporáneo. Lorgio Vaca, intelectual y muralista, fue siempre un estudiosos de su yo y de su obra. Y supo explicarse su posición de artista ante el mundo. No me fue extraño, por ello, escucharlo diciendo su verdad en un hermoso audiovisual producido por Alberto Villalpando (músico) y Blanca Wiethuchter (poetisa). Con un lenguaje desenvuelto, se le dió en explicar, didácticamente, los mecanismos y fundamentos de su quehacer plástico. "Hay en cada uno de nosotros -dice Lorgio Vaca- un impulso profundo, desconocido por nosotros mismos, que es como una conexión con nuestro pasado más remoto, donde llevamos el registro fiel de todo lo vivido por nosotros y por nuestro pueblo", "A la hora de producir -continúa el muralista- es necesario evocar todos esos recuerdos para entregar una obra auténtica, nuestra, que nos libere de todo lo que el colonialismo ha puesto, y con ello ha desfigurado, nuestro proceso cultural." En trance de llegar a ese fondo ancestral, se pregunta : "¿Cómo puedo yo ahondar mi búsqueda en estas desconocidas profundidades? Y la respuesta le fluye convincente : "Por el método del impulso sorpresivo, que violenta las barreras opresoras : por el grito, la desesperación de la necesidad primera, por los movimientos inconscientes, hasta llegar a la más profunda introspección". Después de esa sacudida, viene el requerimiento confiado y consciente al maravilloso esquilibrio que reina en nuestra propia estructura interior. Cuando el hombre se libera de todo lo reprimido o postizo que hay en él, aunque hayan todavía residuos "jadeantes" del pasado opresor, comienza la presencia de "datos reveladores, maravillosos y refulgentes, como desconocidas formas vivas". Es el momento en que hay que "dialogar" con ellas para "reconocerlas, escuchar lo que piensan, contemplarlas, y dejar que ellas guien nuestras manos." Así va apareciendo una nueva realidad, más libre y risueña, acompañada ahora de una "razón libre", que decide lo que debe quedar y lo que hay que desechar de nuestros proyectos. "Cuando el hombre produce mensajes que provienen de sus profundas y dramáticas necesidades -arguye, finalmente, el artista- y somos impulsados hacia la concepción de un ser más humano, nos invade entonces la sensación maravillosa y respetuosa que nombramos como placer estético, como manifestación de belleza y la armonía de la vida del hombre. Y entonces decimos que estamos en presencia de una obra de arte." De un arte humanizado, que educa desde adentro al hombre para la paz y la creatividad con destino a una vida superior. |
Sus grandes Obras Murales en relieves cerámicos, desplegados en Parques, Avenidas, Jardines, Iglesias y otros lugares públicos han "conseguido no sólo cambiar el aspecto urbano de Santa Cruz dándole una nota de originalidad que no se dá en ninguna otra ciudad de Sudamérica, sino que ha iniciado un movimiento artístico que sin duda proseguirá y dará sus frutos." Además de su obra mural ha realizado exposiciones personales y colectivas de sus Acrílicos, Oleos y Serigrafías y ofrecido conferencias a traves del mundo, especialmente en casi todas las ciudades Latinoamericanas, Europa y los Estados Unidos.
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