Mientras
el mundialmente famoso Pantanal brasileño es visitado
anualmente por cientos de biólogos y miles de ecoturistas
atraídos por la vida silvestre, la porción boliviana
del Pantanal sigue siendo prácticamente inaccesible y
desconocida debido a la falta de infraestructura hotelera y de
transporte.
Existe, sin embargo, un gran potencial para el desarrollo turístico
que, cuidadosamente controlado, podría ser de gran beneficio
para la economía de la región.
El establecimiento de una red de reservas
y un gran parque nacional podrían hacer posible la protección
de una gran parte de la biodiversidad. |

Aguapés en el Canal de la Laguna
Mandioré. Fotografía: Jorge Morató |
Según
los expertos, ayudaría mucho a la protección de
las diversas comunidades de plantas y de la rica fauna del Pantanal
en territorio nacional el establecimiento de varias reservas
privadas en la región más septentrional de San
Matías, incluyendo los rios Candelaria y San Fernando,
donde grandes estancias ganaderas ocupan la mayor parte del área.
Para ello, argumentan que se debería convencer a los hacendados
del potencial económico del ecoturismo, sobre la base
del modelo adoptado en el Mato Grosso Brasileño, para
desencadenar un vigoroso desarrollo turístico internacional
en la zona.Al sur del río San Fernando hay una extensa
región, estacionalmente inundada, de pantanos permanentes
y bosques deciduos que podrían incluirse en un parque
nacional del Pantanal boliviano o algún otro tipo de reserva
biológica. Esta área protegida debería incluir
no sólo una porción de palmares y los pantanos
a lo largo del río Curiche, sino tembién los bosques
y tierras bajas de la región de los lagos Mandióre
y Uberaba. Esta reserva podría unirse a un área
protegida similar recientemente establecida en el lado brasileño
de la laguna La Gaiba. |
La pequeña base militar
de La Gaiba serviría como el punto de partida para el
esfuerzo de conservación en la zona.
La espectacular belleza escénica de estos lugares, pese
a ser prácticamente inaccesibles actualmente, les da un
potencial excelente para el ecoturismo ya que, en contraste con
la totalidad del Pantanal brasileño, la porción
boliviana está casi deshabitada e intacta.
Como se ha podido comprobar, el extenso bosque semideciduo que
cubre casi todas las tierras altas entre el río San Fernando
y Puerto Suárez, ha sido ya totalmente destruido en el
lado brasileño. |
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